Epílogo a El sabor de su sangre

Epílogo a: El sabor de su sangre

No se dio cuenta del momento en que se quedó dormida acurrucada del frio de aquel sábado cercano a las fiestas navideñas, tenía entre sus manos uno de esos libros de Vampiros que ahora tan de moda están entre las mujeres ávidas de novelas de amor tipo Corín Tellado pero algo más actualizadas y un poco más de tensión sexual.

Fue un sueño raro –pesadilla quizá-, ella estaba acostumbrada a Arnoldo, su ex marido, un tipo indiferente que acostumbraba a no interesarse en ella, y dejarla –los sábados- esperando en aquel parque a la salida del trabajo de ambos. Había cosas más importantes para el. Y esa era su primera navidad separada de aquel marido.

Ahora ya no estaba sola, Rodrigo estaba con el, el hombre al que amaba, vigía de sus sueños. Cuando ella despertó el estaba a su lado, con su semblante sereno y seguro, -“tuve un sueño” dijo ella, me abandonabas como el lo hacía, y Arnoldo regresaba como vampiro.

-“Fue solo un sueño” dijo Rodrigo.

-“Pesadilla” puntualizo ella, -“Mi sueño eres tu –nosotros- mi complemento” dijo al tiempo que se acurrucaba en el pecho de el.

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Simbad de la Porra

Autor: Simbad de la Porra

Ex-marinero que viajó siete veces, mujeriego del corte de Casanova, se enamoró de cada mujer que conoció, oficial de frontera, perseguidor de indios comanches, liberal de membrete, hombre de dinero (a futuro) y promotor de un proyecto separatista.

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