Noche buena

Sádica es la manera en que acaba de vomitar la señora de la esquina que no vive en la esquina propiamente y que tampoco es prostituta pero por alguna extraña razón siempre está en la esquina y nadie la mueve de ahí.

Nunca la he visto comer, beber, ni hablar: siempre está parada ahí en la esquina sin hablar con nadie y sin hacer nada memorable. Curioso es que no parece tener problemas de salud y hasta podría decirse que es bastante guapa si no fuera porque en realidad es bastante fea.

Puede considerarse pesadilla, milagro, o ambas cosas, pero el punto es que la señora de la esquina vomitó esta mañana durante tres horas consecutivas. Los vecinos siguen sin entender cómo es posible que algo así haya pasado en nuestro aburrido y monótono vecindario.

La señora de la esquina vomitó a su marido, sus tres hijos, cincuenta dólares, veinticinco pesos, cuatro aretes de diamantes, una cuchara importada de París, dos libros de Jorge Luis Borges, y una postal firmada Consuelito Velásquez. Que haya vomitado a su marido y a los tres adefesios que procreó con él es entendible, pero que haya vomitado una postal firmada por Consuelito Velásquez es algo que ni la vida ni la ciencia pueden explicar.

Una pequeña niña de esas que caen mal con tan sólo verlas se robó los aretes de diamantes y el dinero que flotaba en el vómito anaranjado. Al marido se lo llevaron a un circo y los tres hijos una vez habiendo despertado de su letargo huyeron a un parque de diversiones que siempre está cerrado. La cuchara fue tomada por un anciano y la postal firmada por Consuelito Velásquez, por su mujer. Y al final sólo quedaban los libros de Jorge Luis Borges: magnánimos, sucios, recién vomitados.

Yo nunca he leído a Jorge Luis Borges y supongo que vale la pena meter la mano en el vómito y hacerlos míos pero tengo miedo de que se acabe el mundo antes de poder leerlos y entonces mi osadía sea en vano. Me los robaré y que sea lo que dios quiera. El día es bonito, y mañana es Navidad.

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21 opiniones en “Noche buena”

  1. No niego que fue bastante jocoso aunque por un momento me confundí, ¿es o no necesario una «historia lineal» sobre lo que escribió en el primer post Yair?

  2. No es necesario en lo absoluto. La idea del «cadáver exquisito» se descartó de momento. Sólo se trata de inciar con la última palabra del post anterior y el tema es libre 😉

  3. Si en realidad no has leído a Borges, te recomiendo que leas ‘El Aleph’, me parece que es su mejor libro de cuentos y está entre mis libros favoritos de toda la historia. Eso sí: es difícil conseguirlo en las librerías de viejo del centro histórico. También son buenos ‘Artificios’ y ‘Narraciones’.

    Que te diviertas =)

  4. Xotla: Gracias, me lo recomendaron mucho y ya lo estoy leyendo. Lo conseguí a un buen precio en un mercado sobre ruedas.

    Ontobelli: ¿Te refieres a una constante en mí?

  5. Pelo

    Si. Aunque creo que la palabra contaste no es del todo correcta. Más bien sería recurrente.

    Aparentemente te gustan y los logras muy bien. Tienen un estilo muy peculiar y no recuerdo haber leído nada parecido.

    ¿De dónde sacaste la idea de ese tipo de cuentos o es tuya?

  6. Yo no metería la mano a un vómito -y menos anaranjado- a no ser que fuera una biografía de McCartney, o una compilación de la historia de los Beatles. Algo así.

    Excelente escrito, Srta. Pelo.

  7. antes que nada una felicitacion alos primeros autores que esta historia se va poniendo buena en la carrera este tipo de ejercios eran muy recurentes y creanme que aprende uno mucho de ellos sigan asi….

  8. Ajajá!!!

    Esto es algo así como la versión remasterizada de Alicia, donde confluyen historias totalmente diferentes unas con las otras… y…. la última palabra…. es….. el conejo ese.

    Ya capishco!!!!
    Vientos!!
    Qué buena idea!!

    Saludos!!

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