HD-B Vol.1

A nombre de todos los colaboradores de HD-B, tengo el orgullo de presentarles el primer volumen del Libro HD-B, el cual recopila todas las historias de los capítulos 1 al 5.

HD-B Vol.1
¡Descárgalo ya!

La edición electrónica está liberada bajo una licencia Creative Commons, así que lo pueden descargar, imprimir, distribuir, y bueno, pasarlo a quienes deseen. (Sólo con la atribución correspondiente y sin fines de lucro).

La Edición estuvo a cargo de Yair Lira, y la Formación Tipográfica a cargo de Isabel Vázquez; los textos son de cada autor que escribió en los capítulos.

Agradecemos sus visitas, sus votos, sus comentarios y principalmente el tiempo que dedican a leernos (porque de eso se trata). Asi que ahi tienen, descárgenlo y muchas gracias.

(Pueden dar click en la imagen o ir a la sección de Freebies en Descargas para obtener su copia)
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Resolución

«todo es vano y pasajero si no estás CONMIGO».

Escuchó con leve claridad. Que curioso poder escuchar a la gente cuando no se fija en lo que dice. Jamás se le hubiera ocurrido que ella escuchara ese tipo de música. ¿Qué estaría soñando? La observó nuevamente.

De no haber sido por el respirador hubiera dicho que su respiración era tranquila. De no haber sido por el suero conectado a su brazo con quien sabe que droga hubiera dicho que dormía placidamente. De no haber sido por que era una bata de hospital hubiera dicho que su vestimenta parecía cómoda. De no haber sido porque la mocosa escapó hubiera cobrado una fuerte suma de dinero. De no haber sido por ese sadismo que no podía controlar hubiera matado a la niña en la casa en lugar de deleitarse mostrándole su orgullosa colección de cuchillos.

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Acid Street

«PUM”, “PUM”, “PUM” fué lo que despertó a Nubia así súbitamente, como en las películas ¿ves que de repente pasa algo chingón y como que no acaba la escena cuando ya está otra en otro pedo?….ah pues así, imagina que de la escena esa del callejón se hace un close-up a los ojos de Nubia, acostada, en la cama, bien paniqueada, con la nariz «empolvada»….¿si entiendes?.. ya tenía tanta práctica haciéndolo que lo podía hacer acostada, el pedo es que se batía toda y se desperdiciaba un poco, pero pues que hueva pararse nada mas para alinearse ¿no?.

Nubia se levanta y tiene esa sensación que te deja la cocaína de la nariz como apelmasadita….;al pasar saliva sentía como si tuviese la garganta anestesiada sumado a la resaca típica del polvo, que sientes como un hueco, pero que si en tu camino se te cruzan unas «donitas bimbo» te las quieres aspirar.

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Los dedos de Nubia

Literalmente hablando la hormiga murió. Nubia estaba medio desnuda, el pelo lo tenía enmarañado, con una mano acariciaba su pubis por debajo de sus húmedas bragas de algodón y con la otra frotaba frenéticamente a la hormiga alrededor de las obscuras aureolas de sus pechos caídos, la hormiga ya había muerto decapitada en una de las tantas veces que ella la apretaba contra sus duros y prominentes pezones, pero eso no impedía que ella imaginara que se estaba cogiendo a la hormiga.

Ella seguía proporcionándose placer manipulando hábilmente su clítoris cuando abrupta y sorpresivamente entró en la habitación el amante en turno de Nubia. El vestía un viejo pantalón de mezclilla roído de la rodilla, unos sucios tenis Converse y una camisa verde chillante tipo Polo, estaba lleno de hollín y sudor; la escena le alteró y excitó a la vez, no obstante el le gritó: Continuar leyendo «Los dedos de Nubia»

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El incendio

Se dispuso a dormir a las cuatro de la mañana en una silla que estaba en el pasillo; a los quince minutos se levantó y se durmió en el piso; una hora después se volvió a levantar y se fue a su casa, donde ya no pudo conciliar el sueño.

A las seis de la mañana se pueden hacer muchas cosas, ella lo sabía, y lo sabía muy bien. El problema es que no estaba en ninguna disposición de hacerlas, por lo que se limitó a mirar el techo mientras imaginaba que las hormigas fornicaban en los agujeros. “Esa hormiga lo hace muy bien”, pensó. Y se puso a cantar una canción de Billie Holiday.

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