Espasmos de Veneno

Escrito por La Diabla

Era la primera vez que me quedaba en blanco, fue la primera vez en mi despreocupada vida que se me aceleró el pulso sin haberme empastillado antes, una sensación parecida al miedo, por primera vez no supe que hacer… jamás olvidaré esa sensación.

Llegaron temprano a buscarme para recoger el pedido que habían hecho, era la primera vez que me compraban drogas. Y cuando las acompañé a la puerta la vi, estaba esperándolas recargada en un coche, tenía esa expresión inmutable, como si su cara fuera una mascara incapaz de hacer cualquier gesto, le prometí a sus amigas descuentos y las invite a raves solo para ver si ella se interesaba y volteaba a verme pero seguía apartada sin mostrar interés alguno en las fiestas y la droga y mucho menos en mi.

– y entonces Damian… ¿dónde será el rave?.- me preguntó la que tenía el cabello teñido de rosa algodón de azucar.

– en… eh… dónde…

Me quedé en blanco y comencé a sentir espasmos en el estomago, me quedé en blanco como si hubiera olvidado hablar, como si hubiera olvidado todo en un abismo blanco, blanco como el suéter que ella llevaba puesto encima de una blusa negra de red, blanco como aquellas nubes lejanas que ella observaba con recelo y de pronto sucedió, volteó lentamente como si fuera un sueño, me miro y sonrió, simplemente sonrió, se veía tan hermosa.

-¡Ya! ¿Qué te pasa? Tenemos que irnos, ya dime dónde será el rave.

– ¡No puedo! esa mujer me distrae…

Y ella volvió a sonreír.

Desde ese momento ya no pude separarme de ella. Caímos en un idilio de viajes astrales y metafísica pero mi triste alma infiel terminó con todo, no sé porque lo hice, a veces actúo sin pensar –con cualquiera otra te lo habría perdonado, pero no con ella.- me dijo llorando gotitas blancas. Por un momento, sólo por un momento quise probar el rosa y sin querer profane lo blanco y me empalagué a la semana.

Después de tanto tiempo sin vernos ella regresa, entra caminando con ese aire felino que siempre me gustó y se sienta junto a mí, saca de su bolsa un sobre, acomoda su contenido sobre un espejo y me lo ofrece, podría ser mi segunda oportunidad con ella, podríamos volver a estar juntos, podría volver a intoxicarme de ella, tomo el espejo y absorbo… me duele la nariz.

Es la primera vez que me quedo en blanco… no, más bien es la segunda, ninguna excitación de los sentidos, ninguna sensación de flotar, ningún color brillante nadando en el aire, sólo blanco, tan blanco como el polvo que acabo de inhalar, tan blanco como mis ojos que tiemblan para regresar la pupila a su sitio, tan blanco como la saliva que sale de mi boca como si tuviera rabia, caigo de la silla y en el suelo comienzo a tener espasmos… espasmos de veneno ¿me estoy muriendo? De nuevo tengo conciencia. El blanco se desvanece, esta anocheciendo, estoy temblando, trato de levantarme pero no puedo moverme y entonces la veo parada en la puerta mirándome, por un instante pienso en pedirle ayuda pero un segundo después comprendo todo.

Desearía tener las fuerzas suficientes para maldecirle.

Ella sonríe, simplemente sonríe, es tan hermosa y yo me quedo en blanco… otra vez.

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7 opiniones en “Espasmos de Veneno”

  1. Así pasa a veces, mujeres tan bellas que te empalagan, tan bellas ¡qué intoxican! Pero uno ha de probarlas ¡así sea lo último que se haga!

    ¡Excelente historia!

  2. wooooww!! debemos admitirlo, siempre buscamos a chicos y chicas que sabemos que son malos, pero ahhhh… son los mejores 😉

    excelente relatoooo!!! super cool!!!

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